«La memoria del Dios niño al que acogemos en la Navidad nos recuerda dónde podemos poner las bases para la alegría verdadera, que es todo lo contrario de la euforia resultona de momentos sin raíz. Es en lo pequeño, en lo frágil, en lo vulnerable que se hace fuerte, donde puede echar raíz una dicha más despreocupada, más profunda, un regocijo más auténtico. Es en los márgenes convertidos en centro. Es en una desnudez que tiene más dignidad que todos los ropajes de las pasarelas de la historia. Y cuando miremos a nuestra vida, ojalá podamos encontrar en ella ese canto profundo, ese villancico vital que brota cuando entiendes alguna vez, y aunque sea por un instante, qué es lo que de verdad importa.»
Forjadores de historias, José María Rodriguez Olaizola, sj
Terminando el 2021, como comunidad del Seminario Catequístico Juan XXIII les deseamos un muy ¡feliz Navidad!
