Cuidar la vida

Cuidar la vida

Hay una canción de Jorge Drexler que se llama “Cuídame” y dice en el estribillo:

Cuida de mi vida

Cuida a quien te quiere

Cuida a quien te cuida

No maltrates nunca a mi fragilidad

Yo seré el abrazo que te alivia.

Cercanos al final de este 2020 tan lleno de incertidumbre se nos presenta el desafío de afirmar con fuerza una certeza: toda vida vale y tiene una dignidad insoslayable.
Muchas veces meditamos la Palabra que nos invita a seguir su camino estando atentos a cuidar la vida allí donde se nos presenta. Por difícil que parezca la situación la Palabra siempre nos ilumina.
Estamos en tiempos de Navidad, celebrando el nacimiento de un niño frágil y vulnerable que vino a cambiar la historia humana. Dios mismo eligió la figura de un niño para hacerse uno como nosotros. Sencillez, humildad y pequeñez como camino de salvación: es el Dios con nosotros!!!. Y su presencia real y permanente en la Eucaristía nos da fuerzas para renovar nuestro mensaje alegre y esperanzado: ¡El Señor está vivo y se ha quedado entre nosotros como pan para alimentarnos en el camino!

Nos dijo el Papa Francisco:

La vida siempre ha de ser acogida y protegida —ambas cosas juntas: acogida y protegida— desde la concepción hasta la muerte natural, y todos estamos llamados a respetarla y cuidarla. Por otro lado, es responsabilidad del Estado, de la Iglesia y de la sociedad acompañar y ayudar concretamente quienquiera que se encuentre en situación de grave dificultad, para que nunca sienta a un hijo como una carga, sino como un don, y no se abandone a las personas más vulnerables y más pobres.

(Viaje apostólico del Papa Francisco a Polonia, 27-31 de julio de 2016)

Como nos han dicho nuestros pastores en el mensaje «¿Por qué no renovar la esperanza?»:

Y los creyentes confiamos en Dios, fuente infinita de esperanza, porque él nos dice: “Me invocará, y yo le responderé. Con él estaré en la angustia y lo libraré” (Sal 91:15). Confiando en ese amor seguimos caminando, porque, como nos dice Francisco, “la esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna. Caminemos en esperanza” (FT 55).

Sigamos las orientaciones del Papa Francisco: que nada ni nadie nos robe la esperanza y seamos cristianos alegres para poder ser una iglesia Madre, engendradora de Vida, que dé a luz discípulos misioneros para una sociedad más justa, inclusiva y fraterna.

Laura de Isla – Comunidad del Seminario Catequístico Juan XXIII

Para disfrutar el vídeo:

Seminario Juan XXIII

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